Han sido una de esas bandas que han conseguido ser recordadas pese al implacable paso de las nuevas tendencias desde principios de los años 70.
Los neoyorkinos The Dictators fueron uno de los baluartes – y apéndices – del denominado proto-punk junto a los Stooges o los MC5 que comenzaron su andadura en 1973, aunque no sería hasta la plena vorágine del punk en la Gran Ciudad, en 1975, cuándo publicarían The Dictators Go Girl Crazy!, su primer álbum.
El sonido, ritmo y coordinación de las guitarras y melodías del quinteto formado por Dick Manitoba (casi un clon por su peinado a Rob Tyner, de los MC5), Andy Shernoff, Ross Friedman, Scott Kempner y J.P. Patterson, sus miembros originales, mezclaba el rock más potente de mediados y finales de los 60 con el crudo sonido de principios de los 70 que derivaría más tarde en la base del punk.
Manifest Destiny en 1977 y Bloodbrothers al año siguiente fueron su contribución a la másiva productividad musical aportada por el punk.
The Dictators comenzaron como un cuarteto al unirse el bajista y cantante Andy Shernoff, los guitarristas Ross Friedman y Scott Kempner, y el batería Stu Boy King. Fue esta formación, junto con su amigo/colaborador y "Arma Secreta" Handsome Dick Manitoba, la que grabó el álbum de debut The Dictators Go Girl Crazy! para Epic Records que fue producido por Sandy Pearlman y Murray Krugman, conocidos por su trabajo con Blue Öyster Cult. Aunque el disco no produjo muchas ventas, actualmente está considerado el álbum más importante grabado por una banda de punkneoyorkina.
